jueves, 6 de mayo de 2010

LA TETA

Dama de teta allí si estás

con la cabeza inclinada sobre el peso

de la luna torcida en tus mejillas,

y la nueva vida sola

al abrigo de tus manos.

Dama de savia,

que caliente late profunda, que despierta al mundo

y delicada, se deja arropar

como el dulce útero alimentaba

mi cuna.

Dama de pulpa de madre,

de diosa capaz de calmar esta luz

y cerrar los pestillos al miedo,

con un trago seco de tu blanca sangre

que a borbotones me calma

ese dolor de ser.

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