domingo, 19 de junio de 2011

Las manos de Cristina

Las manos de Cristina no saben cantar

sólo me cuentan historias cuando quieren jugar.

Las manos de Cristina son de cristal

pero me sujetan fuerte cuando encuentran el miedo.

Se escapan, se esconden

y buscan refugio entre mis dedos.

No quieren abrazos, no juegan al mus,

no pintan en bastos, ni sienten el blues.

Las manos de Cristina sólo entienden la verdad

de unos ojos que muerden,

de unos labios que sienten que la eternidad

se escapa bajo las faldas de mesas y camillas.

Las manos de Cristina me arañan cuando caigo,

me engañan cuando fallo, y a veces me sueñan dulces al tacto

de la soledad de mi cuarto.

Me enseñan itinerarios prohibidos, se enredan en mi pelo,

se deslizan, me arropan y me abren todas las puertas del cielo.

Las manos de Cristina me prestaron el amor

se llevaron todos los Abriles de los años

y me susurraron tangos para decirme adiós

Y ahora las manos de Cristina no están,

Escaparon con el viento, echaron a volar...

Buscar este blog