jueves, 21 de enero de 2010

LECTURA III: ¿Qué es una concepción del mundo?



Debemos distinguir de lo que es una concepción del mundo, ya que como distingue Sacristán, no es un saber, son la serie de principios que dan razón de la conducta de un sujeto.
Estos principios forman parte de la cultura de la sociedad en la que participa, por lo que en la mayoría de los casos, forman parte intrínseca de la personalidad de dicha sociedad y se manifiestan casi de manera inconsciente. Sin embargo, no podemos enunciar como algo aparente la concepción del mundo en una sociedad; ya que algunos de los rasgos que pueden expresarse claramente en esa concepción, a veces contienen otros que no se pueden distinguir con tanta facilidad.
Históricamente se hace referencia a la Filosofía Sistemática, que hasta el siglo XIX en que fue postergada por la ciencia positiva, quiso articular su concepción del mundo mediante afirmaciones superiores, queriendo manifestarse como un saber absoluto.
Para explicar la decadencia de la Filosofía sistemática en el siglo XIX motivada por la constitución del conocimiento positivo durante la Edad Moderna, el autor señala los dos rasgos principales del segundo.
  • -La intersubjetividad del conocimiento positivo gracias al que todos los sujetos del mismo nivel intelectual pueden entender su enunciación del mismo modo, sin dejar márgenes a la interpretación del mismo
  • -La capacidad de hacer previsiones exactas constituyendo conceptos artificiales.

De este modo, Sacristán, nos acerca y nos explica las relaciones entre concepción del mundo y conocimiento positivo, como las interrelaciones que se manifiestan en la investigación positiva. La primera inspira y motiva a la investigación positiva, mientras que el conocimiento positivo se constituye a través de la investigación positiva.
LA CONCEPCIÓN MARXISTA DEL MUNDO
Las concepciones del mundo carecen de los rasgos del conocimiento positivo porque afirman cuestiones que no pueden ser verificables por los métodos del conocimiento. Sin embargo, la concepción del mundo marxista trata de desvincularse de factores idealizados, equiparándose al nivel de pensamiento científico.
De este modo, y a través del inmanentismo¹, la concepción marxista del mundo se explica mediante el Materialismo, como estudio de la evolución histórica del mundo, y la Dialéctica inspirándose en los fenómenos como procesos.
La ciencia positivista realiza el principio del materialismo a través de una metodología analítico-reductiva. Su eliminación de los factores irracionales en la explicación del mundo procede a través de una reducción analítica de las formaciones complejas y determinadas a factores menos complejos y más homogéneos cualitativamente, con tendencia a una reducción, de tal modo que el aspecto cualitativo pierde su relevancia.
El análisis reductivo practicado por la ciencia tiene regularmente un éxito que podemos descomponer en dos aspectos:

  • La reducción de fenómenos complejos a nociones más elementales y homogéneas, desprovistas de connotaciones cualitativas permitiendo penetrar eficazmente en la realidad, pues posibilita el planteamiento de preguntas muy exactas a la naturaleza

  • Por otra parte posibilita a la larga, la formación de conceptos más adecuados. La concepción del mundo tiene por fuerza que dar de sí una determinada compresión de las totalidades concretas pues la práctica humana además de adentrarse en la realidad, también trata de entender aquello que la ciencia positiva no puede recoger.

En definitiva, el análisis marxista, como concepción del mundo, pretende comprender los fenómenos concretos a partir de la abstracción de los datos analistas reductivos científicos.
¹Extraído de la filosofía clásica y sobre la que se basa la concepción del mundo marxista. Explicación de los fenómenos debe buscarse en sí mismos y no en instancias ajenas

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