martes, 2 de febrero de 2010

8. LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

En este capítulo se explican las Teorías de las crisis económicas, expuestas por Marx.

En primer lugar, explica una transición de las formas de transacción del trueque M-M (Mercancía contra Mercancía), a una forma de cambio M-D-M (Mercancía contra dinero y dinero contra mercancía), en las nuevas condiciones de una economía desarrollada.

Con la aparición de la moneda, le permite al productor vender su producto cuando éste terminado y con el dinero puede hacer lo que a el le plazca. De este modo se ahorra mucho tiempo y ayuda a la especialización, que es la base de la productividad incrementada.


Pero, este medio de cambio privado introduce la posibilidad de crisis de una índole nunca sospechada en una economía simple, en la que el trabajo estuviera organizado y los productos fuesen compartidos bajo la dirección de una sola autoridad.

Si falla un comprador-vendedor, se produce una crisis en cadena pudiendo afectar a toda la economía. La consecuencia es que coinciden existencias de mercancías invendibles y necesidades insatisfechas. Cada productor ha producido más de lo que puede vender y se ha dado pues, una crisis de sobreproducción. Pero la sobreproducción no es la causa de la crisis, sino el resultado de ella. Hay que buscar las causas en la interrupción de la cadena compra-venta.


Los economistas clásicos fueron incapaces de distinguir entre la producción simple de mercancías y la producción capitalista, y así se aplicaron erróneamente teorías.
La ley de Say sostiene que no puede interrumpirse la circulación M-D-M, y por lo tanto no puede haber crisis ni sobreproducción. Y es por esto que se tiene la falsa idea de que la crisis y la sobreproducción son imposibles en ambos tipos de producción.

Marx rechaza esta idea afirmando que en la cadena de compra-venta, uno no está obligado a comprar solo por el hecho de haber vendido. Aquí se produciría la interrupción de la cadena M-D-M y el posible origen de una crisis. La venta y la compra están separadas en el tiempo y en el espacio. El dinero es el medio por el cual el cambio se divide en dos transacciones separadas y distintas: la venta y la compra. Debido a que son dos procesos, uno puede fallar y así se interrumpe la cadena y se puede dar la crisis.


La forma de circulación M-D-M, que es la característica, se convierte bajo el capitalismo en D-M-D. En el primero, es decir, en la producción simple de mercancías, el propósito de cambio es el valor de uso y no el aumento del valor de cambio, es producción para el consumo. Sin embargo en la segunda forma, tanto la “D” del principio como la “D” del final representan valor de cambio, y el objetivo es incrementar ese valor. Esto es lo que se quiere decir cuando se dice que el capitalismo es producción para obtener ganancia.

Pero esto no significa que el modelo de circulación M-D-M deje de existir, ya que para la gran mayoría de los trabajadores, la circulación será esta, con todo lo que ello implica (aumento de valor de uso). A este respecto, es erróneo pensar que el obrero tiene un deseo natural de obtener cada vez más ganancia.

En cuanto a la relación entre D-M-D se relaciona con el problema de la crisis. Hay que tenere en cuenta en primer lugar, que el interés del capitalista es elevar la tasa de ganancia (volumen del incremento de “D”, con relación a la magnitud de su capital original).

Sin embargo, sobre la posibilidad de crisis tendrríamos el mismo riesgo para la producción simple de mercancías (la relativa al M-D-M) y el capitalismo (D-M-D). Las irrupciones de compra-venta, afectan al proceso en los dos casos. La diferencia está en que puede desaparecer la tasa de ganancia o volverse negativa, por lo que el incentivo de la producción capitalista dejara de existir.

No obstante puede ocurrir, que se produzca un descenso en dicha tasa y que los capitalistas reduzcan sus operaciones lo bastante como para producir una crisis.

En estos momentos, el capitalista debe elegir una de dos opciones: introducir capital a la circulación o conservarlo, aunque pronto tendrá que reinvertirlo para continuar siendo un capitalista.

Pero se debe tener en cuenta en esta elección que este aplazamiento del capital habrá producido ya una interrupción y provocado seguramente la sobreproducción y la crisis. Por tanto, no es verdad que la tasa de ganancia deba desaparecer o volverse negativa para producir una crisis; sólo con el descenso de ella puede ser suficiente para interrumpir el proceso de la circulación y por tanto dar lugar a una crisis.


Hay dos tipos de crisis:
Aunque desde el punto de vista del análisis causal, los dos tipos de crisis plantean problemas diversos.

-las relacionadas con la tendencia descendente de la tasa de la ganancia: tiene que ver con movimientos en la tasa de la plusvalía y en la composición del capital, quedando intacto el sistema de valor

-la crisis de realización (realización de valor). Fuerzas todavía no especificadas que tienden a crear un déficit general en la demanda de mercancías, en el sentido de ser insuficientes para comprarlas todas con una tasa de ganancia satisfactoria.

El punto de partida de la crisis es en ambos casos un descenso en la tasa de la ganancia; pero lo que está detrás del descenso en la tasa de ganancia en un caso, requiere un análisis muy diferente del que requiere lo que está detrás del descenso en la tasa de ganancia en el otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscar este blog